La idea de desarrollar un juego de cartas cuya ambientación fuera la guerra civil española me surgió en la primavera de 2000. A partir de ahí, durante varios años estuve diseñando reglas y buscando imágenes en distintos archivos históricos sin tener clara la meta. Lo que sí tenía claro es que no quería hacer un juego centrado en lo militar, sino aprovechar al máximo todo el potencial visual a través de la fotografía y la cartelería de la época, ofreciendo una visión global y estructurada. Finalmente, en 2006 –y tras incontables horas y esfuerzo– me decidí a autopublicármelo. El recurrir a la autopublicación fue por varios motivos, aunque el más importante fue que así podría tener el control total de la obra. También decidí financiármelo con mis propios ahorros y no pedir ningún tipo de subvención, pues no quería que el juego tuviera ninguna lectura política (tampoco creo que me hubieran dado ninguna, pero es que ni lo intenté). Y así, el último día laborable de 2006, 1936 guerra civil comenzó comercialmente su andadura.
En estos años desde que publiqué el juego he aprendido varias cosas.
- Que el mercado en España para este tipo de juegos es, desgraciadamente, mucho más pequeño de lo que yo pensaba inicialmente. Sacar adelante 1000 juegos ya es una proeza. Y yo, en números redondos, hice el doble.
- Que no merece la pena autopublicarse. Mis pequeños márgenes (tengo que vender casi toda la tirada sólo para recuperar) me han obligado desde el principio a ser mi propio distribuidor y tengo que emplear mucho tiempo y esfuerzo en promoción y soporte post-venta. Una vez hice el ejercicio y si el mismo dinero empleado en mi juego lo hubiera metido en bonos del estado a 10 años y me hubiera sentado a esperar de brazos cruzados, hubiera acabado obteniendo más dinero del que me habrá dado el juego si se vende todo. Y eso porque mi tiempo y mi esfuerzo van gratis que si no, aunque se vendiera todo, la aventura acabaría en números rojos.
- Que el juego es incluso mejor de lo que yo pensaba inicialmente. Esto lo he podido constatar tras tener la oportunidad de enseñárselo a muchas personas y viendo su reacción (entusiasta en no pocos casos).
- Que la barrera del idioma no es ni mucho menos insuperable como puede parecer a primera vista. He podido jugar con personas cuyo conocimiento del castellano no es elevado y con un poco de ayuda han podido disfrutar del juego.
- Que el juego no es tan complicado como aparenta. Tiene un curva de aprendizaje que require un esfuerzo inicial para asimilar la terminología del juego, sus símbolos y sus mecánicas, pero luego todo va cuesta abajo y se demuestra como un juego bastante ágil. Hasta hay quien me ha dicho que le parece un juego sencillo. Yo lo calificaría de profundo, elaborado y rico en matices, pero no como complicado.
- Que los medios de comunicación tienen escaso interés por los juegos de mesa y tienen un gran desconocimiento sobre los mismos. Yo pensaba inicialmente que mi obra llamaría la atención de los medios de comunicación, pues es frecuente encontrar noticias en los medios cuya temática sea la guerra civil. Pero apenas se han fijado en mí. Quizás si hubiera hecho una obra buscando la polémica hubiera conseguido esa atención pero tuve claro que lo correcto era ser lo más riguroso posible con la historia.
Sigo pensando que existen en el mundo 1936 compradores para mi juego, aunque encontrar(l)os me está costando más tiempo y esfuerzo del que inicialmente había previsto. Diez años son demasiados para estar detrás de este proyecto (demasiado tiempo, demasiado esfuerzo y demasiado dinero). No me arrepiento de haberme publicado mi juego pero si pudiera volver atrás me lo replantearía. Como mínimo, haría unas cuantas cosas de manera diferente.
Si eres un editor, un distribuidor o simplemente un mecenas y me quieres comprar todo el stock que me queda, puedes ponerte en contacto conmigo (puedes ver el stock que me queda en casa restando a 1936 el número de juegos sacados, en la parte inferior de la portada).
Por último, considero que he realizado no sólo un buen juego en términos de mecánicas, sino que me he aproximado a la guerra civil desde un ángulo diferente e interesante. Sinceramente considero que 1936 guerra civil es una obra que merece la pena, como juego y como obra en torno a la guerra civil. Acabe como acabe esta aventura, estoy orgulloso de ella.
Gracias a todos.
Arturo García
Madrid, primavera de 2010 (en el décimo aniversario de la "idea feliz" de hacer el juego)
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